El cuento chino.

Érase una vez un Emperador de una dinastía china que tenía una única hija de gran belleza. El Emperador pensó que debía ser ecuánime, recto e imparcial, en aprobar el himeneo de su querida hija, con el consorte más adecuado a su imperial dignidad. Entonces, anunció en todo su territorio y en los de otras dinastías que se podían presentar candidatos a tal honor.

Se presentaron grandes candidatos de importantes y antiquísimas dinastías. Un día pidió audiencia un modesto súbdito y le fue concedida. Éste dijo: "Gran Señor. Soy un humilde artesano. Mi honradez, sensatez y fortaleza son reconocidas por mis vecinos. No tengo nada, sólo mi persona. Pero si me concedéis el gran honor de desposar a vuestra hija conmigo, la defenderé por encima de todo, entregando mi vida por ella, si fuere es necesario."

El Emperador respondió: "Estoy seguro de ello. Tu activo es el valor más importante de un hombre y, en su virtud, te concedo a mi querida hija en matrimonio."

Bien. ¡Obviamente, esto es un cuento chino!

Hete aquí un cuento que viene a cuento (valga la redundancia) de lo que nos ha vendido Fouché (conocido antes como Chole).

A dónde ha llegado la GLE con la ¿gran? maestría actual y sus palmeros (que es lo peor). Al fin y a la postre, Fouché es un pobre Hermano que no tiene ni idea de qué es la Francmasonería espiritual; iniciática, en definitiva.  La masonería como Institución y Orden iniciática ante el mundo profano, es lo único importante, es nuestro activo principal. No lo es  como  referente y como formadora de hombres (esta última parte si es Krausiana, como dice Enrique M. Ureña, S.J.,  q.e.p.d., que fue pareja de Pedro Álvarez Lázaro, S.J., del Centro de Estudios Masónicos y compañero de pensamiento de Ferrer Benimeli, que tanto daño han hecho a la masonería española, convirtiéndola en una asociación demodé -como dicen  ellos- y cosa del pasado.) Una Institución como referente y formadora sí, pero en tercer término, nunca como esencia y fundamento que es donde hemos llegado como se ha dicho con la ¿gran? maestría actual. En suma, otro fiasco más.

Después de cuarenta años de errores ("estábamos aprendiendo"), la situación actual no tiene conmutación. Somos unos dos mil hermanos (españoles), pocos, pobres y mal avenidos. Estos dos últimos años pasarán a la historia de la masonería ibérica como los más nefastos. La experiencia acumulada ha sido mal vendida y dilapidada. Huelga repetir la gran equivocación del grupo MESA al aupar a Fouché a la G.M., si bien hay que reconocer que éste les "vendió la moto". Los ideólogos y alma mater del citado grupo reconocen abiertamente su gran error e intentan honradamente subsanarlo. Todo lo contrario que la comparsa de palmeros que pagarán históricamente su ignorancia, su idolatría al ego y, en algunos casos, su mala fe (Barónido, Rivas, Escalopa, Argemiso, Albuyense -este último merece comer aparte- H. Stroller, Zabaloide, B. Smith, Alcainado, B. Mansell. etc.).

Ahora todo es repetitivo, un bucle, un día de la marmota sin fin. Las asistencias a las convocatorias son minoritarias; en cuarenta años, jamás había sucedido esto.  Nos dicen que en la última la Gran Asamblea de Cataluña, de unos quinientos  Hermanos adscritos, asistieron unos cuarenta. Como siempre, la elocución del GP fue de pena, de colegio de párvulos; y la de Fouché... pues en la línea de siempre  (todo le importa un pito, le da igual, la cuestión es aguantar algo más de tiempo luciendo un mandilón que le va demasiado grande).

Fouché dijo que renunciará cuando culmine las reformas administrativas que faltan. Bien, otro absurdo más, junto con todo el mal que ello conllevará de modo irreparable. Todos los que tenemos memoria a largo plazo (no la de un pez de acuario) recordamos que prometió que renunciaría al aprobarse la reforma. Perjuro y mentiroso.

Fouché dijo que el Albuyense (como ya se ha dicho, éste hay que darle de comer aparte) estaba llevando a término el trabajo de reconocimiento a los Hermanos represaliados. Por cierto y al hilo de esto, la G.L. Femenina ya se ha dado cuenta de donde se está metiendo. Albuyense, tránsfuga honorario, ideólogo del grupo Masonería Independiente de Cataluña, es sin duda el menos indicado para el trabajo de Hermanos represaliados (con perdón, mirar el Alcalde de Reus de 1963 a 1973 y su trayectoria).

Apareció la fantasmada del cambio del local actual de la GLE en Barcelona, algo completamente innecesario. La propuesta es trasladar la GLE a un barrio marginal de la Ciudad Condal. Los actores de esta fechoría son como siempre el Albuyense y el Barónido. Desconocemos que intereses puedan tener en esta aberración, pero como dice el aforismo: "Sigue el dinero". Nos dicen los Hermanos de Barcelona que esto es intolerable, que a nadie han preguntado nada, que nadie sabe dónde está el local de marras, que a nadie se tiene en cuenta. En fin, es todo tan fraternal y democrático... Se les ha caído la boca hablando de libertad de puertas abiertas. Muchos Hermanos aseveran que si es un barrio marginal dejarán de asistir a las Tenidas. Tener la GLE junto a Paseo de Gracia es un activo importantísimo cuando un día al año se abren las puertas a los profanos. El emplazamiento actual da categoría a la Orden y a nuestros Templos Masónicos. Y si el contrato actual se ha de renegociar, pues se renegocia, como ya se hizo la vez anterior. Sí, es cierto, pagamos siete mil euros al mes. Pero por la situación interior de este local (no tiene fachada a la calle, ni acceso directo desde ésta) aparte de nuestras instalaciones o de otras similares de poco sirve; y la propiedad lo sabe. Si nos marchamos se lo comerán. Algunos argumentan para el cambio que no hay salidas de emergencia. Bueno, no es un local público. Se trata de una actividad privada. Por ejemplo, el local que tenemos en Madrid es un sótano y sin salidas de emergencia

¡Buenísimo lo de la nueva Logia en San Cugat del Vallés (Logia del Albuyense)! Nos dicen que se reunirá en los templos de la Gran Vía y no en San Cucufate. De entrada, dice el Decreto que la promueve "un grupo de maestros masones" (¿un grupo?), sin decir el número, y que son once de segunda y un durmiente. ¡Esto  es grande! Felicidades Hermano Albuyense. Que sepamos, la normativa que impuso OdA sigue vigente. Así pues, deben ser ocho Hermanos de primera logia y siete de segunda. Lo dicho, más cuentos chinos, en este día interminable de la marmota.

Más cosas. En la Gran Asamblea de Barcelona los Hermanos franceses molestos a tope. No era necesario hacerlos esperar en pasos perdidos durante tanto tiempo. Palabras de Argemalo: "¡Que se esperen!" Los Hermanos de Septimania y Occitania, aunque eran muy pocos, quedaron cabreados y molestos (seguimos haciendo amigos). De Andorra, no vino nadie. De Lleida, nadie. De Mora de Ebre  uno. De Mare Nostrum (ahora Joan Prim, gracias a Albuyense) no vino ninguno. 

En el resto de España sucede lo mismo. Llegados aquí, o se cambia esta situación o lo que pueda suceder, incluso a nivel profano, es imprevisible.

Por último, nos dicen que el actual Gran Secretario renunciará en Marzo. En dos años, dos Grandes Secretarios; ahora parece que la cosa va así. Al Albuyense se le ocurre que será el H. José Lois, hasta ahora Gran Tesorero de Cataluña. Es un buen Hermano, pero inocente; no sabe dónde se mete. Pero lo realmente increíble es que como no es M.I. se cesa al Venerable de su Logia, Perseverança 3, para así poder instalarlo. ¡Lo nunca visto! Todo queda reducido a cuestiones meramente administrativas y burocráticas. Nada iniciático y trascendente. Nada de creación y transmutación de energías. Esta Logia es histórica. Es la Logia de Luis Salat y de grandes Hermanos históricos. Que ahora se vea con un afrenta semejante, es como para pedir a los Hermanos que abatan columnas.

Fouché, en su condición de GM actual, debe anunciar en la Gran Asamblea que convoca elecciones. En caso contrario, su responsabilidad será inmensa, en el supuesto caso de que se dé cuenta de lo que prometió en su candidatura (lo tenemos por escrito y grabado). ¿Mentir o cambiar de opinión? ¿Te suena?

Las próximas elecciones no deben ser contra nadie. Simplemente, se convocan. Debe haber un solo candidato, un candidato de consenso. Un Hermano conciliador, de gran prestigio masónico y profano, que sea capaz de unir a todas la familias y sensibilidades. Entonces, una vez apaciguadas las aguas y recuperada una fraternidad que nunca debió perderse, convocar unas elecciones transparentes y verdaderamente masónicas, buscando un Gran Maestro que ilumine a los Hermanos y nos ayude a realizar el Camino que nos acerque a la perfección. (¡Uy, esto suena a masonería de la buena!) En caso contrario, la G.L.E., como dijo hace unos años el QH. Carretero, q.e.p.d., tiene vida sólo para un lustro más.

"Nosotros no somos engañados nunca, sino que nos engañamos a nosotros mismos." (QH.·. Goethe).

HOM DAI