Lázaro, levántate y anda.

En algún articulo de este blog leí que la GLE se divide en dos partes: la iniciática y la ONG. La primera son unos 80  votos y es el voto de la comprensión y la aplicación práctica de los rituales y de su contenido de cientos de años de impresión, la inteligencia masónica consciente. La segunda se divide en dos secciones y una subdelegación local, con 300 votos cada una y 50 votos la subdelegación. La segunda es como el cuadro de Goya del duelo a bastonazos.

En resumen, después de estas elecciones no han cesado los duelos, no hemos avanzado nada, sino al revés, más de lo mismo. Los unos criticados se han pasado a los otros criticones y la fraternidad sigue rota. Esto ocurre cuando no dejamos fuera los metales profanos, cuando hacemos una masonería del estar en cuarenta sitios los mismos cuatro de siempre, que se conocen y se votan por corporativismo ritual o simpatía y filias. Cuando los brindis son más importantes que los ritos. Cuando hacemos masonería de estar y no una masonería del ser. Cuando no comprendemos lo que la iniciación significa. Cuando perdemos la oportunidad que nos brinda de separar el mundo profano del mundo iniciático.

Todo se confunde y la ignorancia, el fanatismo y la ambición nos llenan. Para sanar la maldición harán falta generaciones y cambiar los comportamientos viciados que nos llevan hasta el punto de tener un Gran Maestro en la sombra (o sombrío), como una mano negra que nos quita libertad y personalidad, y al que hay que pagar el diezmo de la servidumbre en forma de cuota. Triste, pero sin solución.

La GLE esta muerta, no sé si cabe resurrección. Me temo que ahora no. ¡Lázaro levántate y anda. Resucita con alguien que haga el milagro! Quién ha visto lo que decían los que han ganado y lo que ya están haciendo; y lo que harán aún. Los milagros no los da ni la democracia de una ONG, ni una reforma constitucional, ni un continuismo institucional. Ojalá encontremos el camino del rito y la senda masónica y la palabra perdida. ¡Lázaro, por segunda vez, levántate y anda! Pero no lo hace. Habrá que esperar a una tercera invocación, al milagro de la resurrección en este sepulcro en el que nos han metido, entre los unos y los otros.

Kuriwayasi