La nomenklatura masónica ha llegado.

No salimos de una y nos metemos en otra, la tristeza y el desanimo y el cansancio, parece que nos inundan, nos desbordan, nos superan. Estar optimista con lo que vemos desde hace dos meses, y lo que hemos visto desde hace doce años  y mas, es ser un utópico iluso, ni siquiera alcanza la dignidad de la utopía.

Tenemos un gran maestro, movido exclusivamente por principios políticos, que ha sabido canalizar un complejo de inferioridad democratice. Esto no es una democracia, y no pasa nada, esto es un concepto filosófico diferente, una aristocracia platónica, una obediencia iniciática en la que gobiernan los que llegan a un nivel mínimo de conocimiento que ha dado en situarse en el rango de Maestro Instalado, y que pretende no derivar en oligarquía.

El problema es que si que hemos derivado en oligarquía, es decir tenemos una "nomenklatura", tenemos  un sistema de gobierno en la que el poder está en manos de unas pocas personas pertenecientes a una clase social privilegiada, el mandilonazgo, los que  cambian de un lado a otro  y siempre están; como hemos visto, pactan con unos  pactan con otros, con estos y con aquellos, leo importante es pertenecer al "mandilonazgo". Esta oligarquía masónica, respecto de la que el actual pueblo masónico, por ignorancia, ambición de ser acepta su comportamiento, esta encarnada  en un colectivo determinado que practica un apartheid ritualístico, leales a un distrito mas que a una gran logia de España, con colaboracionistas que violan la igualdad de todos los hermanos de cualquier nacionalidad. Esta clase kafkiana, so pretexto de servir a la institución se sirven a si mismos, y cuentas con la ingenuidad de los mensajes demagógicos, que en otros ámbitos podrían ser admisibles pero que aquí están de sobre.

Y hemos llegado a día de hoy , a la traición, a la deslealtad, a los trasfuguismos aceptados y a una OLIGARQUIA que ahora esta soportada por la DEMAGOCIA , la demagogia de una democratización profana que no se ajusta a los landmarks,  y que se aleja de la utopía masónica. Parece mentira que olvidemos lo que somos a cambio de los cantos de sirena.

Kuriwayasi