La maldición de Tutankamón

La Institución, Orden, Método, Regla, Sistema o como queramos llamar a la Masonería,  natío  por mentes privilegiadas (algunas fuentes apuntan a Newton "Jehovah Sanctus Unus" y la Royal Society) hace trescientos años, con el designio, idea o voluntad de profundizar en la esencia de la especie humana,  creando unas pautas o rituales de estudio y comportamiento tendentes a la evolución de dicha especie,  como otra realidad mas terrenal y efectiva  distinta al único camino nominado  por las  religiones basado en la  Fe. La función de la Masonería Iniciática (distinta al esoterismo cristiano) es crear órganos (Logias) como necesidad para desarrollarse evolutivamente y esa necesidad crea la función, que no es otra que la necesidad de una  iniciación de sus componentes para llegar a ese fin. Las organizaciones que lo pretenden pero se apartan de ese fin son un facsímile, otra cosa, una asociación, colegio, ateneo, club, peña, comunidad, etc. La Masonería en España vuelve a nacer de

Camil Flammarion, el 26 de febrero de 1922 en Juvisy, dijo: "El cuerpo pasa. El Alma vive en lo infinito y en la eternidad." A estas alturas, todos fluctuamos entre saber qué somos, qué fuimos y qué seremos. Nuestra Institución debe ser una Orden Iniciática, ahora, no vivir en lo infinito y en la eternidad de la incertidumbre. Desde el tres de Julio de 1979, fecha en la que una Sentencia de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo (nº 47.103) legalizó la Masonería Española, todo ha sido un devenir caótico, una constante del mal entendimiento entre los Hermanos. Siempre hemos sido pocos, pobres y mal avenidos. Es evidente que nacimos infectados, seguido infectados y de seguir así, si no somos capaces de crear los anticuerpos necesarios, desapareceremos. Instituciones varias nos odian, incluidos algunos partidos políticos. Todo este enjambre de ruido profano predica y divulga, de forma indisimulada y solapada, que somos una institución caduca, vieja, del pasado; una especie de Atene